Importante distinción para dos investigadores de la UNL
Se trata de Carlos Querini, Ingeniero Químico galardonado con el premio Jorge Sábato, y Diego Milone, Bioingeniero que recibió el premio Houssay. Los galardones forman parte de la Distinción Investigador/a de la Nación, que premia las contribuciones de los investigadores en la producción de nuevos conocimientos, el impacto social y productivo de las innovaciones tecnológicas y en la formación de recursos humanos.
A través de una resolución publicada en el Boletín Oficial se conoció que Carlos Querini, doctor en Ingeniería Química, Investigador Principal del Conicet y docente en la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), ganó el premio Jorge Sábato, una distinción especial para los investigadores que cuenten con un historial sobresaliente en transferencias y desarrollos tecnológicos con impacto económico-productivo en sectores críticos para el desarrollo del país. En tanto, el Dr. Diego Milone, Investigador Independiente del Conicet y docente en la Facultad de Ingeniería en Ciencias Hídricas (FICH), recibió el premio Houssay, por su sostenida producción científica y su significativa actividad de transferencia tecnológica de alto impacto hacia el sector productivo especialmente en el área de la salud.
Dos historias con varios puntos en común
Carlos Querini desarrolló la mayor parte de su carrera en la FIQ. Salvo un paso por Estados Unidos en la década del 90, donde realizó un doctorado en la laboratorio de la empresa petrolera Exxon, sus investigaciones se llevan adelante en el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (INCAPE), donde está a cargo de un equipo que, entre otros temas desarrollados para empresas, participó en el nacimiento de la industria de biodiesel en Argentina. “En mi grupo trabajamos en el desarrollo de tecnología, habiendo colaborado en la exportación de plantas, diseñando plantas chicas, modificando y mejorando plantas de gran capacidad, colaborando en la formación de técnicos de gran cantidad de empresas, desarrollando métodos analíticos, y en general, cubriendo todos los aspectos de una industria que en Argentina nació hace quince años, que hoy exporta por 1.500 millones de dólares y está sustituyendo el 10% del gasoil que se consume en el país”.
Diego Milone realizó un camino similar a Querini. Egresado de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), en 1999 partió a España a realizar un doctorado en la Universidad de Granada. Allí se especializó en reconocimiento automático del habla, una de las líneas de investigación a partir de la que se creó el Centro de Investigación en Señales, Sistemas e Inteligencia Computacional (sinc(i)) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL.
Con respecto al premio Houssay, además de destacar la responsabilidad que implica haber recibido esta distinción, Milone remarcó el rol social que tiene que cumplir la investigación y destacó la importancia que tiene hacer ciencia básica. “No hay que descuidar la esencia de la investigación, que a lo mejor da resultados en diez o veinte años, pero que también se vuelca a la sociedad. A veces estamos un poco apurados por tener desarrollos tecnológicos a corto plazo pero hay que tener cuidado que eso no reste a las investigaciones de fondo, que pueden tener un impacto mucho mayor”, concluyó.