El líder y sus vacunas
Según creemos, la principal forma existente en la actualidad para capear el temporal que el COVID 19 nos impuso, es a través de la colocación de vacunas.
Por Gustavo Giorgi
Y a propósito de lo sucedido con la vacuna rusa en su país, leemos que en los 70 centros instalados ad hoc el personal de salud tira a la basura al final del día las dosis descongeladas, que no hallaron un brazo amigo y un cuerpo que quisiera ser su huésped. Efectivamente, la mayoría de los rusos no quieren saber nada de su remedio nacional y el motivo es la falta de credibilidad en la política y sus líderes. Precisamente este es el principal punto de enlace con lo que pretendo pensar hoy: Podemos tener a nuestro favor los mejores recursos, pero si las personas que se ligan a nosotros no nos creen, no servirán de nada.
Luego, si queremos situar las principales causas quiero nombrar especialmente a 5 de ellas:
- El peso de la historia
Se trata de hacer una especie de historiografía y relevar qué hechos pudieron impactar en la sensibilidad de los colaboradores, afectándola negativamente. Por ejemplo, un líder que prometió cosas y no cumplió (bonos de fin de año, ascensos); ocultó información sensible (cierre de sucursales, incorporación futura de personal clave) o simplemente generó peleas internas en su equipo, hablando a espaldas de todo el mundo.
No le quitemos valor a nuestras acciones, minimizando sus consecuencias. Dicho, en otros términos: Si tu colaborador no te cree, pensá qué tuviste que ver en eso.
- Efecto nocivo de los dobles mensajes
Confieso que más de una vez escuché a líderes quejarse porque su gente no era autónoma. Que no se animaba a tomar decisiones. Y ante mi pregunta de cuáles eran sus modos frecuentes de pedirlo, me contestaban: “Yo siempre les digo que hagan cosas, que lo peor que podría pasar es que lo echen” o “Tomá tus decisiones, siempre y cuando vos te hagas cargo después de sus consecuencias”. En ambos casos vemos a un líder que se pone por encima de su colaborador, desligándose de toda responsabilidad. ¿Dónde está ese líder que acompaña, enseña y comparte las consecuencias?
Hoy, sabemos con total seguridad que las organizaciones ágiles dependen de que las personas se animen a tomar decisiones y que entiendan el valor de la experimentación. Pero, si sus líderes no son los principales impulsores de ello, actuando incluso en sentido contrario, difícilmente podamos llevarlo a la práctica.
- Tener la duda por norte
Podremos criticar a un líder por falta de visión; no saber anticiparse a los tiempos
futuros, o realizar acciones que terminan siendo negativas. Pero sin dudas que lo que no podemos disculpar es trocar meta por duda. Es decir, ser confuso en la transmisión de los objetivos a causa de no estar seguro qué camino tomar.
Si el equipo ve que su líder duda constantemente, no le creerá cuando asigne nuevas funciones o exponga la proyección para el año venidero porque tienen la percepción de que en cualquier momento podría cambiar.
- Respuesta ante el éxito o fracaso
Posiblemente sea uno de los momentos clave en la experiencia del empleado, cuando le toca vivir en carne propia cómo su superior se adueña sin escrúpulos de los méritos del equipo o, en sentido contrario, las formas en que les achaca los errores si la cosa no anduvo bien.
La conducta del líder se pone a prueba en situaciones críticas, entendiendo por ello a circunstancias en extremo importantes, pudiendo ser tanto agradables como desagradables y es justamente su calidad de respuesta la que sus colaboradores tomarán como patrón de medida futuro, cuando se les pida alineamiento.
- La falta de contacto estrecho con su gente
Es vital que los líderes entiendan la necesidad de mantener un diálogo asertivo, honesto y transparente en el que las personas puedan hallar desde contención hasta saber con certeza sus principales puntos de mejora, para corregirlos.
Hablar con el equipo significa estar atento a lo que hacen, a sus tareas y a las posibles dificultades u obstáculos que pudiesen llegar a tener.