Opinión
Cómo convertir a Santa Fe en un polo industrial y tecnológico
Hace tiempo que Santa Fe dejó de ser solo un centro administrativo y gubernamental, para transformarse en una ciudad con gran perfil comercial, gastronómico y empresarial.
De hecho, el último informe publicado por la Bolsa de Comercio “Santa Fe Como Vamos”, arroja que del total de personas ocupadas un 27,2% corresponde a profesionales independientes y empresarios, un 46,4% empleados del sector privado y un 26,4% empleados del sector público. Lo cual muestra que la importancia relativa del sector privado triplica a la del sector público.
Sin embargo, la ciudad no termina de materializar todo su potencial, posiblemente porque la mayoría de los trabajos y emprendimientos están orientados al sector servicios, lo cual nos lleva a pensar una mejora en su diversificación económica. En este sentido, ¿Qué políticas se deberían llevar adelante para transformar a Santa Fe en un centro industrial y tecnológico?
En primer lugar, habría que tener una política de estado municipal, que marque el rumbo en esa dirección, identificando las áreas con mayor potencialidad para implementar las medidas necesarias a corto y largo plazo.
Entre los sectores considerados estratégicos para el desarrollo del área metropolitana de Santa Fe, podemos describir los siguientes:
• Agroindustria: Sector clave de nuestra economía, incluye la producción y procesamiento de granos, oleaginosas, carnes, lácteos y productos alimenticios de valor agregado.
• Industria química y petroquímica: Dada la potencialidad argentina en la materia, se podría pensar en planificar la producción de productos químicos, plásticos, fertilizantes y productos derivados del petróleo.
• Tecnologías de la Información: El estímulo a empresas TICs ofrece grandes oportunidades de crecimiento, especialmente en áreas como el desarrollo de software, diseño web, marketing digital y aplicaciones móviles.
• Biotecnología: Santa Fe podría capitalizar sus recursos en investigación agrícola y biológica para desarrollar la industria biotecnológica, incluida la producción de biofármacos, bioinsumos agrícolas y bioplásticos.
• Energías renovables: El hinterland santafesino tiene los medios necesarios para convertirse en un polo de desarrollo de energías limpias (energía solar, biomasa y biogás), así como la fabricación de equipos y tecnologías para su aprovechamiento.
• Manufactura avanzada: Este sector abarca la producción de bienes manufacturados utilizando tecnologías de punta, como la fabricación aditiva (impresión 3D), la robótica, la automatización y la fabricación inteligente.
• Salud y biomedicina: Este sector, ofrece grandes oportunidades en áreas como la producción de dispositivos médicos, la telemedicina, la investigación biomédica y la fabricación de productos farmacéuticos.
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Una vez identificados los sectores a desarrollar, se debería realizar un plan de acción concreto, que incluya construir canales de financiamiento e incentivos fiscales para atraer empresas inversoras a Santa Fe; mejorar la prestación de servicios y la logística de los parques industriales; promover espacios especializados en incubación para empresas y proyectos tecnológicos e incentivar la formación en áreas vinculadas a los sectores detallados.
Por último, el reperfilamiento productivo necesita el aporte de todos los sectores de la sociedad, es decir una alianza que fomente la colaboración entre el sector público, el sector privado y las instituciones académicas para impulsar la creación de consorcios de investigación, la realización de proyectos conjunto de I+D, y la promoción de la transferencia de tecnología entre universidades y empresas.
Estas políticas provocan una sinergia que potenciaría la cultura emprendedora contribuyendo a transformar Santa Fe en un polo de atracción nacional.