Ícono del federalismo
El viaducto, único en su tipo en Latinoamérica, presta un servicio ininterrumpido desde hace 44 años.
Desde la firma del histórico tratado interprovincial el 15 de junio de 1960 por los gobernadores Raúl Uranga (Entre Ríos) y Carlos Sylvestre Begnis (Santa Fe), hasta la fecha, han pasado 54 años de la concepción de esta obra que une ambas provincias a ambas márgenes del río Paraná. Las obras comenzaron en junio de 1961 mediante un consorcio constructor integrado por las compañías SAILAV de Argentina, HOCHTIEF de Alemania y VIANINI de Italia. La obra efectivamente comenzó en marzo de 1962 luego que el presidente de la Nación, Arturo Frondizi colocara la piedra fundamental en la costa santafesina. El 13 de diciembre de 1969 se inauguró el túnel subfluvial.
Tránsito ininterrumpido
En 44 años han circulado por el viaducto 100 millones vehículos. Con un promedio diario de 11 mil usuarios, habiendo alcanzado el 19 de agosto último su récord histórico, con más de 19 mil cruces. Se registraron algunas bajas en las tendencias de crecimiento en períodos excepcionales, en 1978 con la inauguración del Complejo Zárate-Brazo Largo, en 1983 durante la inundación extraordinaria que cortó la Ruta Nacional 168, en 1985 durante la crisis económica que atravesó el país, en 1990 durante el período de hiperinflación y en 2003 cuando se inauguró la conexión Rosario-Victoria.
Uniendo provincias
Se trata de una obra única en su tipo en Latinoamérica, que requiere un constante cuidado y mantenimiento, así como la modernización que exige el paso del tiempo. Durante estos 44 años el Túnel Subfluvial ha sido administrado por el Estado a través del Ente Interprovincial, representado por las dos Provincias, un exitoso modelo de gestión biprovincial que convoca a equipos de trabajo altamente capacitados y comprometidos con el servicio público, que trabajan diariamente para garantizar el tránsito vehicular y la seguridad de sus usuarios, a través de un mantenimiento y monitoreo constante de la obra y del servicio que presta. Esto nos permite decir hoy, orgullosamente, que esta obra emblemática y única no pierde vigencia y es la llave para garantizar el corredor bioceánico del Mercosur. Además, tiene una identidad reconocida en el área metropolitana Santa Fe-Paraná, donde miles de santafesinos y entrerrianos lo atraviesan casi como una cuestión natural. Esta gran obra de ingeniería no sólo es atractiva por la novedosa concepción de su infraestructura y por su vigente utilidad, sino también porque más de 40 mil personas anualmente realizan las visitas guiadas, entre ellas delegaciones escolares de ambas provincias y del resto del país, grupos de deportistas y turistas en general.
Características técnicas
Está compuesto de 37 tubos de hormigo asfalto de 10,80 metros de diámetro exterior y 9,80m de diámetro interior, con un espesor de pared de 0,50m. El peso de cada tubo es de 4.500 toneladas. La longitud del tramo entubado es de 2.397m con dos rampas de accesos de 271m en ambas cabeceras. Consta de una zona de acostumbramiento visual con un emparrillado de vigas de 87m en las mismas (ver figura 3). La calzada tiene un ancho de 7,50m y está conformada por losas de 0,43m de espesor, dejando una altura libre de 4,41m, siendo la altura máxima permitida de 4,20m. A ambos lados de la calzada se ubican pasarelas laterales de 0,90m de ancho y 1,20m de altura, que en su interior contienen el cableado eléctrico para los servicios de interior túnel y para alimentar el lado Santa Fe. Entre los tubos se encuentra una junta neumática, alojada en una cavidad de los tubos de hormigón asfalto recubierto con un cajón de chapa de 6,4 mm de espesor y un anillo exterior de hormigón realizado in situ. La misma tiene una presión de trabajo de 3 kg/cm2 (0,3 MPa).