Economía agrícola
Sequía impacta cosecha Argentina, esperanza en trigo y cebada
La sequía causa pérdidas millonarias en la campaña agrícola argentina 2022/23
La sequía ha dejado una profunda huella en la campaña agrícola 2022/23 en Argentina. Los análisis finales indican que las pérdidas en el sector agroalimentario han alcanzado la preocupante suma de 33.000 millones de dólares estadounidenses, según la evaluación presentada por Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA). La comparación anual revela una disminución del 58% en el producto bruto de los cultivos principales, exponiendo el devastador impacto de las condiciones climáticas adversas.
Dos pilares fundamentales de la producción agrícola argentina, el maíz y la soja, han sido fuertemente afectados. El maíz ha experimentado pérdidas por valor de 15.054 millones de dólares, una caída del 60% en relación al año anterior. Paralelamente, la soja ha sufrido una pérdida de 15.022 millones de dólares, representando una disminución del 66%. Incluso el trigo, con una reducción de 1.822 millones de dólares, ha registrado una caída del 35%.
La repercusión se ha extendido al complejo agroindustrial, que ha enfrentado un recorte de 20.355 millones de dólares durante el ciclo pasado. La cadena de valor de la soja ha visto una reducción considerable de 11.850 millones de dólares, un descenso del 47%. Las retenciones también se han reducido, impactando en la recaudación derivada de los impuestos a las exportaciones.
En medio de las sombrías noticias acerca de las pérdidas ocasionadas por la sequía en la campaña agrícola 2022/23, el trigo y la cebada emergen como rayos de esperanza en la campaña fina 2023/24. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires, anticipando un mejor desempeño en ambos cultivos, proyecta una cosecha conjunta de 23 millones de toneladas, lo que reflejaría un impresionante incremento del 42% en comparación al año anterior.
Este aumento en la producción de trigo y cebada podría traducirse en un valor bruto de producción de 14.716 millones de dólares, representando un aumento del 10% en comparación con el ciclo previo. Además, se prevé que el valor añadido experimente un crecimiento anual del 33%, alcanzando los 5.427 millones de dólares.
Las perspectivas para el comercio exterior también son prometedoras. Se espera que tanto el trigo como la cebada generen divisas por un total de 4.545 millones de dólares, impulsando la economía agrícola del país. Además, se proyecta un ingreso por derechos de exportación en moneda local equivalente a 1.593 millones de dólares, representando incrementos del 49% y 27% respectivamente, en comparación al ciclo anterior.
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Estas perspectivas positivas ofrecen un destello de esperanza en un contexto caracterizado por desafíos climáticos. El sector agrícola, conocido por su resiliencia, avanza con determinación, demostrando una vez más su capacidad de adaptación y búsqueda de oportunidades de crecimiento en medio de las adversidades.