El Gobierno pide a automotrices que bajen los precios
Tras evaluar la estructura de costos del sector, funcionarios del Ejecutivo pidieron a las terminales una rebaja de precios para mejorar las ventas en el mercado interno.
El Gobierno no dispondrá recortes en la estructura impositiva que grava los autos ni prevé cambios sobre las tasas de interés que se aplican a los planes de financiación para la compra de vehículos hasta que los fabricantes no concreten una rebaja significativa en los precios al público de los automóviles nuevos. Ese mensaje fue transmitido por funcionarios del Ejecutivo a representantes empresarios y sindicales del sector automotriz en el marco de diversas reuniones mantenidas en los últimos días para evaluar alternativas destinadas a contener las complicaciones que atraviesa la actividad por la caída de las ventas internas y externas, situación que ya derivó en miles de suspensiones de trabajadores de terminales y autopartistas.
Para el Gobierno, más allá de la contracción de las exportaciones de vehículos a Brasil, el desplome de las ventas en el mercado interno (el recorte en abril fue del 40% en el caso de las ventas a las concesionarias) es consecuencia del fuerte alza en los precios de los vehículos, que en promedio subieron un 35% desde diciembre. En los despachos oficiales advirtieron que la revisión de la estructura de costos del sector justifica a lo sumo un incremento del orden del 19% durante los primeros cuatro meses del año, por lo que interpretan que no fueron razonables las subas aplicadas por las terminales, que se acentuaron sobretodo tras la devaluación de mediados de enero.
Desde esa lógica, desde la administración kirchnerista redoblaron la presión para que las terminales recorten los precios de algunos modelos, como primera medida para recomponer el nivel de ventas internas. Recién después evaluaría la posibilidad de alguna modificación impositiva o de un programa de créditos blandos para la compra de vehículos, como planteó la propuesta que el titular del gremio de Smata, Ricardo Pignanelli, junto con Asociación de Concesionarias (Acara) acercó días atrás a la ministra de Industria, Débora Giorgi.
Antes de cualquier cosa tiene que haber rebajas importantes en los precios, remarcaron con insistencia desde el Ejecutivo.
En las terminales, hasta ahora, se muestran poco permeables a la condición planteada por el Gobierno. Solo GM lanzó esta semana una promoción específica de un 15% en el precio de su modelo Chevrolet Classic para liquidar stock en concesionarios. El resto de las empresas no prevé cambios en los precios, según deslizaron en el sector.
Mientras, la crisis que atraviesa la actividad reavivó la preocupación en los gremios de Smata y la UOM, que temen que las actuales suspensiones de personal deriven en centenares de despidos de trabajadores. Son nubarrones que de vez en cuando aparecen en la industria. Estamos ante un tema que ojalá sea coyuntural, indicó Pignanelli luego de que la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) informara ayer una caída del 21,6% en la producción de autos durante abril (Ver pag.18).
El titular del Smata atribuyó la contracción de las ventas del sector a que los concesionarios se asustaron porque en los primeros meses no tenían ni precio, ni tiempo de espera, pero se mostró expectante con la posibilidad de una mejora de la situación a partir de las negociaciones que el Gobierno mantiene con las autoridades brasileñas por la renovación del acuerdo automotriz bilateral.
Como efecto directo de las dificultades que enfrenta la industria, Peugeot-Citroën suprimió esta semana un turno de producción y suspendió a 1000 operarios que cobrarán el 65% de sus salarios y hasta junio realizarán tareas de capacitación en los institutos del gremio de la UOM. También Iveco paralizó desde ayer y hasta el próximo jueves su producción y licenció a sus 600 operarios, en tanto Volkswagen anunció la suspensión de actividades durante los cuatro viernes de mayo.