Ajustes en el sector externo y sus consecuencias
Mariano de Miguel, economista Jefe del Instituto de Economía Aplicada de la UCES destacó que la devaluación de enero persiguió dos objetivos: revertir las expectativas y mejorar la competitividad. Dilemas derivados de la suba de la tasa de interés y del traslado a precios de la corrección del tipo de cambio.
El economista de Insecap observó en un desayuno de trabajo convocado por el Instituto junto con la Asociación Dirigentes de Empresa, que el complemento de la devaluación con "el aumento de las tasas de interés puede complicar la situación de las PyME, aunque su mayor restricción está la posibilidad de acceso al crédito".
Mientras que otro dilema no menor lo constituye "el traslado a precios de la devaluación, porque dio lugar a una puja distributiva, con el consecuente efecto sobre la inflación que generará nuevas presiones para volver a devaluar".
No obstante, De Miguel consideró que "el principal ajuste es que se comprimen las importaciones y mejora el resultado de la cuenta corriente de balanza de pagos, con efecto negativo sobre el empleo, el incremento de la informalidad y la distribución del ingreso".
La buena noticia es que "con ese escenario deberían haber más oportunidades para invertir en la Argentina, porque los precios de los activos están muy bajos, pero el dilema es cuándo, porque hoy no hay nada que permita esperar mejora del ingreso de capitales, pese a los abultados vencimientos de deuda entre 2014 y 2015, unos 19.000 millones de dólares", planteó el economista.
De ahí que "el ajuste recaerá sobre las importaciones y eso hace prever una caída del PBI de 0,5%, más aún porque las exportaciones andan mal, principalmente por menores compras de Brasil".