Soja: las lluvias evitaron el desastre productivo
La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Rosario señaló que tras las últimas precipitaciones, se recuperaron 600 mil hectáreas que estaban de regulares a malas, correspondientes a lotes de segunda. Los cultivos de primera sentirán en menor medida el impacto de la sequía y en este caso, “el agua llegó tarde”
“La tormenta le puso fin al escenario de desastre productivo”, aseguró en forma contundente el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario fechado a última hora del jueves, el cual precisa que se recortaron pérdidas en 600 mil hectáreas. “Una semana atrás, 1,12 millones de hectáreas estaban de regulares a malas y hoy tras las lluvias, son 500.000”, señalaron los técnicos de la región y aclararon que la soja de segunda fue la más beneficiada con la caída de agua y no aportó demasiados a la situación de la oleaginosa de primera.
Este cambio en las condiciones climáticas tergiversó el caótico escenario de la semana pasada, cuando los recortes de la producción parecían inalterables.
“Tras las lluvias, se recuperaron 600 mil hectáreas que estaban regulares a malas y pasaron a la condición de buenas”, indicó GEA y precisó que hace una semana las pérdidas “se multiplicaban a cada día” al punto tal que había 450 mil hectáreas en malas condiciones y, de no haberse producido las lluvias, se esperaba una pérdida de 250 mil hectáreas y ahora se estima que serían menos de 200 mil”.
El informe de GEA puntualizó que las 500 mil hectáreas que siguen regulares a malas están concentradas mayoritariamente en el NE y NO de Buenos Aires y en el SE de Santa Fe. De todos modos “tanto en General Pinto, en Pergamino y en Cañada Rosquín los técnicos coinciden que en sojas de segunda se corta la pérdida de área”, agregó.
De ese modo, de un escenario de catástrofe productiva y pérdida total de área sembrada, ahora se estarían alcanzando rindes de 7 a 15 qq/ha. Con lo cual “habrá un daño de más del 50% pero se pasa a poder tener cosecha en esos cuadros”, indicaron los técnicos.
La mejor parte se la llevará la soja de segunda que estaba demasiado jugada. “El agua llegó para terminar el llenado de granos y ponerle un piso al rinde del cultivo”, indicó GEA y precisó que en el centro sur de Santa Fe y el este cordobés estarán los rendimientos más altos. “En El Trébol esperan un promedio de 30 qq/ha, con lotes que alcanzarían los 40 qq/ha; en Carlos Pellegrini la media sería de 40 qq/ha; en Cañada Rosquín -donde los rindes venían en picada- se calcula una pérdida del 50% respecto al año pasado”, agregó GEA. Sin embrago, hay lotes que podrían tocar los 30 qq/ha.
“De un escenario de catástrofe productiva y pérdida total del área sembrada, ahora se alcanzarían rindes de entre 7 y 15 qq/ha
Por otra parte, “en San Gregorio se recuperarían entre 5 a 8 quintales tras las lluvias y los promedios estarían entre 18 a 28 qq/ha, mientras que en Bigand se sostiene la producción y se esperan rindes entre 25 a 35 qq/ha”. Además, en Marcos Juárez, si bien se perdió rinde por la falta de agua, estas lluvias son muy importantes. “El cultivo venia cayendo en forma drástica pero ahora se espera una cosecha aceptable, aunque menor a lo normal”, indicó GEA.
Soja de primera y maíz
En cambio, la situación de la oleagionosa de primera no cambió demasiado con las lluvias. “El agua llegó tarde”, aseguraron los técnicos. Con pérdidas de entre 5% y 30%. “Son muy pocos los cuadros que, habiendo formado el grano, han logrado semillas con el tamaño máximo. La mayor parte de los lotes se encuentran madurando, por lo que la lluvia de esta semana llegó tarde para detener la pérdida del rinde”, dijo GEA.
En el sur de Santa Fe, como en Bigand, se calcula una caída de entre 7 a 8 qq/ha; en Bombal y Firmat será menor y se esperan promedios entre 30 a 50 qq/ha. En el este cordobés, como en Marcos Juárez, se estima una pérdida del rinde de 10 al 15%, respecto al año anterior y en Cañada Rosquín prenden la alarma y advierten por los problemas de cosecha que se avecinan: “habrá un alto porcentaje de granos verdes”, aseguraron los técnicos.
La mejor tajada la sacó el maíz, que se cosechó poco pero con rindes alentadores. “Se levantaron apenas unas 150.000 has de maíz temprano en la región, cuando el año pasado se llevaban recolectadas más de 500.000 hectáreas”, señaló GEA. En el centro sur de Santa Fe ya se lleva un avance del 30%, mientras que en el norte bonaerense y el este de Córdoba recién se comienza y la cosecha avanzó solo sobre el 3% del área cultivada, con rindes alentadores. “En Carlos Pellegrini y El Trébol, los rindes promedio rondan los 110 qq/ha; hay lotes que han alcanzado los 135 qq/ha y la otra localidad que se destaca es Marcos Juárez, recién se está comenzando por los lotes de inferior calidad y los rindes promedian 100 qq/ha, mientras que en los mejores se espera alcanzar 130 qq/ha.
Todas las cartas aún no están echadas. Para este fin de semana se esperan nuevas lluvias que podrían aportar nuevos cambios a este escenario. “Un nuevo pulso de aire frío volverá a generar condiciones de inestabilidad sobre la región, provocando lluvias y tormentas y las precipitaciones se potenciarán durante el sábado”, pronosticó el doctor en Ciencias Atmosféricas, José Luis Aiello, quien agregó que “los pronósticos de mediano plazo indican cierta continuidad de las condiciones de inestabilidad sobre el centro del país”.
Las precipitaciones que cortaron las pérdidas en la región en promedio, fueron 47 milímetros para la región. En el oeste, en el área cordobesa, volvieron a registrarse los mayores montos: Bengolea acumuló 92 mm, Colonia Almada 79,6 mm y Noetinger 78 mm.
Evaluación de rindes
La campaña de soja fue altamente atípica y “bastante errática”, dijo la especialista de Inta Oliveros, Silvia Bacigaluppo, al difundir las conclusiones de la Red de Evaluación de Rendimientos (RED) de Inta Oliveros, que hace 25 años brinda información precisa sobre ensayos comparativos de rindes para el productor, y cuya edición anual se realizó en la zona de Oliveros, Carcarañá y Pujato.
La especialista recordó que la compaña comenzó “con un suelo con muy poca recarga de humedad”, siempre dependiendo del lugar en el que se sitúe cada productor. “Salimos de un invierno y primavera muy secos y la recarga de los perfiles con las lluvias de octubre y noviembre estuvieron al límite para poder iniciar la campaña actual”, agregó.
“La campaña de soja fue bastante errática y el rendimiento final se verá disminuido
En este contexto, en el sitio de Oliveros hubo que retrasar la siembra hacia fines de noviembre para esperar que las lluvias recarguen los perfiles con al menos un 60% de agua útil. “Enero, muy diferente a lo que se venía diagnosticando, fue un mes con lluvias abundantes; por ende, los cultivos que se iniciaron a fines de octubre y principios de noviembre, tuvieron un muy buen desarrollo vegetativo y un cuajado de vainas normales”, indicó Bacigaluppo.
Sin embargo, precisó que “fue clave la sequía de febrero que nadie esperaba”. Y a pesar de que se podía tener reserva de agua en el suelo “en gran parte del área del centro-sur de Santa Fe hubo lugares donde no se presentaron precipitaciones”, remarcó.
Con estas condiciones y la evolución que tuvo este ciclo de granos gruesos “el rendimiento final se verá disminuido, en algunos casos por menor peso final del grano y en otros por menor número de granos”, destacó la especialista de Oliveros.
También consideró que este cambio en el clima durante el tercer mes del año podrá dar un leve impulso sobre el fin de la campaña. “Un marzo que comenzó con lluvias muy erráticas, típico de año Niña ayudará a completar el ciclo de las siembras de primera más tardías aunque, probablemente, no sea suficiente para la soja de segunda que es la más afectada”, aseguró la especialista.
La Capital