Se interrumpió el crecimiento de la producción de leche
La producción total de leche alcanzó en 2021 los 11.553 millones de litros, es decir, un 4% más respecto al año anterior y casi un 12% superior a 2019, cuando se produjeron 1.200 millones de litros menos.
Desde el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina relevan que “la producción de leche en Argentina tiene una tasa anual acumulativa de crecimiento del 2,1% anual [contemplando desde 1970 hasta 2021], la cual es mucho más alta que la media mundial e incluso superior a muchos países lecheros desarrollados”.
Es cierto que en dicho proceso ascendente de la curva histórica, hubo períodos de caída por cuestiones climáticas (2003, 2016), por efecto del contexto económico interno (2001), y por el mercado internacional (2008, 2019). Pero “evidentemente la cadena láctea cuando no se presentan situaciones adversas del entorno (ajenas a su propia gestión), crece y lo hace a tasas muy superiores a la media mundial”, analiza el Ocla.
Sin embargo la inercia positiva de crecimiento de producción se vio interrumpida bruscamente en enero por varios factores, pero especialmente por uno, el clima.
En el primer mes de 2022 la producción fue de 922,8 millones de litros de leche, lo que implica una caída de casi el 12% respecto a diciembre y aproximadamente -1% debajo de enero 2021. El dato periodístico que aparece es que se interrumpió el crecimiento interanual que traía la actividad de manera sostenida y por primera vez en 30 meses, la producción decreció.
Las razones de la caída
Entre las principales causas de esta fuerte desaceleración de la producción nacional de leche, sobresalen dos: una esperable y absolutamente natural, y otra sorpresiva pero también razonablemente predecible.
Por un lado, los primeros meses del año suelen conformar el período de baja estacional más pronunciado del ciclo, cuestión de que la comparación con el mes anterior casi siempre es negativa, no sólo por el impacto climático sino porque muchos tambos importantes del país (que producen entre 8.000 y 30.000 litros diarios) eligen atravesar el período estival intensificando el secado de vacas y planificando el servicio estacionado, bajando considerablemente su número de animales en ordeñe.
Por el otro, las principales cuencas lecheras del país debieron atravesar un período climático seco que afectó la producción de pasto y reservas, y que en la primera quincena de enero se agravó con una implacable ola de calor que fulminó el estado corporal de las vacas, disminuyendo notablemente más de lo normal la producción diaria.
Algo que también reportan algunos productores de la región, es que sacaron el pie del acelerador con la alimentación suplementada y balanceada, tratando de aprovechar al máximo el pasto disponible, frente al aumento de los commodities agrícolas que dispararon los costos de producción.
Desde su enfoque, el Ocla ratifica que “producto de la sequía imperante desde finales de 2021 y los elevados Índices de Temperatura y Humedad (ITH) que se registraron en la mayoría de las cuencas lecheras en los primeros 20 días del mes de enero 2022, la producción ha caído en enero un 11,8% respecto a diciembre, más que la media histórica”, que en los últimos 10 años promedió un -7,2%.
“Cabe resaltar que la caída a pesar de ser más brusca que los registros de años anteriores, fue atemperada por la gran cantidad de infraestructura para el bienestar animal realizada y las prácticas de manejo de estrés térmico que se dio en la mayoría de las estructuras primarias”, observa el Ocla.
Dicho esto, el dato importante que reveló el Ocla esta semana, “es que hacía 30 meses consecutivos que la producción crecía interanualmente y en enero 2022, aunque leve, se dio una caída”. Y aclara: “teniendo en cuenta que en los dos eneros anteriores la producción había crecido 5,5% y 7,7%”, la comparación interanual “se hace con una base muy alta”.
Preocupa la calidad
Otro aspecto preocupante de este arranque de año es el deterioro de la calidad de leche, por múltiples factores, pero en Santa Fe ya prendieron las alarmas del Ministerio de la Producción.
Según datos oficiales, la evolución de los denominados ‘sólidos útiles’ (grasa butirosa y proteína), cayó el 0,3% en enero, con el agravante de que las dos cuencas santafesinas relevadas (centro y sur) quedaron como las peores posicionadas en materia de calidad higiénico-sanitaria de la materia prima (Recuento de Células Somáticas y Unidades Formadoras de Colonias).
“Es preocupante que la leche tipo en promedio esté superando las 100.000 UFC/ml, cuando lo ideal sería que estemos por debajo de las 50.000, mientras que en el RCS no deberíamos estar por encima de los 400.000, admitió preocupado el director Provincial de Lechería, Abel Zenklusen. “En especial cuando hablamos de Células Somáticas en estos niveles, de arranque con ese nivel estamos perdiendo un 20% de producción, y eso es grave”.
Zenklusen contó que el ministro Costamagna ya instruyó al equipo para que fije una agenda de trabajo en vistas de revertir esta situación, “mediante mayor capacitación, asistencia y apuntalando a los tambos con problemas. “Es evidente que lo que hicimos hasta el momento en esta materia, no alcanzó”, reconoció el productor tambero de Villa San José, hoy devenido en funcionario referente de la provincia.
Por lo pronto y en lo inmediato, recomendó a los productores “buscar asesoramiento técnico con visitas mensuales de un veterinario especialista en mastitis, para resolver el tema de Células Somáticas, que es el problema que lleva más tiempo resolver”. En tanto para disminuir las UFC, la receta “es más fácil, porque con mejorar la rutina de limpieza, hablar con los técnicos de la ordeñadora o con la fábrica remitente, ya se da un gran paso y rápidamente se puede revertir la situación”, explicó Zenklusen.
Flojo arranque exportador
Según datos de la Dirección Nacional de Lechería, el 2021 cerró con una gran performance exportadora, la cual a pesar de los últimos meses flojos que tuvo el comercio exterior, terminó con números positivos para la actividad.
En total se exportaron en 2021 unas 395.248 toneladas de productos lácteos, que representa un 5,8% más que en 2020, que había sido un gran año de despegue para las exportaciones.
Contabilizando las divisas, el sector facturó 1.342,2 millones de dólares, que significaron un incremento del 17,6% respecto de 2020, producto del aumento que experimentaron las cotizaciones internacionales (algo que sigue en alza en este arranque de año).
Donde no se creció prácticamente es en los litros de leche equivalentes que se exportaron, ya que este indicador registró un exiguo crecimiento del 0,4% respecto a un año atrás, incluso cayó la participación de las exportaciones por sobre la producción nacional total, representando el 24,4%, cuando en 2020 había representado el 25,3% de la lechería argentina.
El arranque del año en este nicho no parece ser tan auspicioso, al menos eso se desprende de los primeros datos provisorios del Indec que publicó el Ocla esta semana.
Como ya se expuso, enero fue un mes durísimo para la producción y las exportaciones acompañaron la caída incluso con mayor énfasis. Sólo se exportaron unas 35.000 tn, un 22% menos que en enero de 2021. En tanto las divisas si bien cayeron, bancaron los trapos por el aumento de precio internacional, totalizando casi 130 millones de dólares (-5% respecto a ene.21). Así y todo la participación de las exportaciones representó más del 27% de la lechería nacional, apuntalando la facturación de la cadena en medio de una baja estacional.
Atenuante
Según explica el Ocla, “las exportaciones de inicios de 2022 son bastante inferiores a 2021, pero cabe aclarar que las exportaciones de enero 2021 fueron muy elevadas ya que acumularon las exportaciones no realizadas a Brasil de diciembre 2020 que tuvieron dificultades de ingreso por cuestiones burocráticas de ese país de destino”.
Además, “las exportaciones de enero 2022 se realizaron en su mayoría con mercadería que estaba en stock debido a la acumulación del mismo por las dificultades que se fueron dando en el transcurso de 2021”, principalmente por la baja disponibilidad de contenedores y las complicaciones logísticas en general que impuso la pandemia.
Las variaciones pueden ser muy pequeñas ya que se trata del 7 al 9% de las exportaciones que se incluyen en el rubro confidenciales y que pueden ser levemente diferentes a nuestra estimación para dicho rubro.
Distribución de las exportaciones en grandes rubros en función al valor total en US$ para el mes de enero 2022:
- 52,8% para leche en polvo;
- 19,6% para los quesos en sus diferentes pastas;
- 19,6% en el resto de productos (dulce de leche, manteca, aceite butírico, suero, etc.);
- 8,0% de productos confidenciales (lactosa, caseína, yogures, etc.).
La variación intermensual de las exportaciones fue de -11,0% en volumen y de -6,6% en valor (ene/22 vs. dic/21). La variación interanual fue de -22,3% en volumen y -5,2% en valor (ene/22 vs. ene/21).
En litros de leche equivalentes, las exportaciones representaron en enero 2022, el 27,4% de la producción total, aunque con muy alta participación en los valores históricos, fueron inferiores a las del año anterior que participaron del 36%, en virtud de lo mencionado más arriba.
El precio medio de exportación por tonelada fue de US$ 3.716 lo que implica un incremento del 22,0% respecto a enero 2021. En el caso particular del rubro Leche en Polvo, el precio promedio fue de US$ 3.585/ton, un 19,9% por encima del igual mes del año anterior.