Paralizada la cosecha y la siembra; aún no hay estimaciones de las pérdidas
La gran cantidad de agua caída los últimos días afectó principalmente a los cultivos de trigo, y soja de primera, con consecuencias todavía inciertas. Un alto porcentaje de caminos de tierra quedaron intransitables, lo cual condicionaría aún más el movimiento de cosechadoras y sembradoras.
Los frentes de tormentas, precipitaciones y caída de granizo en el centro-norte de la provincia paralizaron los procesos de cosecha y siembra, y generaron daños en diferentes cultivos con consecuencias todavía inciertas, dice el informe semanal de Estimaciones Agrícolas para el Centro Norte de la Provincia de Santa Fe, que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
Los montos pluviométricos acumulados fluctuaron entre 135 y 310 mm, con algún sector puntual de 385 mm. Las precipitaciones
se manifestaron con variadas intensidades, chaparrones con ráfagas de viento muy fuerte y piedras en los departamentos Castellanos, distrito María Juana y General Obligado. El área noroeste del departamento Nueve de Julio fue en la que menor incidencia tuvieron los eventos climáticos y los montos pluviométricos acumulados no superaron los 100 mm.
Esta situación, generó en el sector productivo, grandes interrogantes, complicaciones y escenarios repetidos en las campañas 2016/2017 y 2017/2018.
Otra consecuencia de lo ocurrido fue el impacto en la red vial primaria, secundaria y terciaria. Un alto porcentaje de caminos de tierra quedaron intransitables, cortados por el agua y con agua, lo cual condicionaría aún más el movimiento de equipos, camiones, cosechadoras y sembradoras.
Trigo y soja, los más complicados
En el caso del trigo, el proceso de cosecha está detenido; faltando la recolección del 35 % en los departamentos del norte del área, un 65 % en los del centro y el 100 % en los del sur. Resta la cosecha de aproximadamente unas 257.590 hectáreas.
Ante lo ocurrido, hay sectores de posiciones topográficas más bajas y deprimidas las cuales quedaron totalmente anegadas, inundadas y con cierto porcentaje de encharcamiento de lotes, que difícilmente podrían llegar a cosechar, representando un 14 a 15 %, unas 36.000 a 38.650 ha.
Como consecuencia de la situación climática se debería a futuro, la observación y consideración de una pérdida en los rendimientos, como así también en la calidad del producto.
En el caso de la soja de primera, el proceso de siembra quedó totalmente interrumpido por los eventos climáticos, manifestando también cierto impacto sobre la superficie sembrada.
Se observan lotes con superficies inundadas, encharcadas y con planchado de los suelos que provocarían dos situaciones distintas: la no germinación de lo recién sembrado o la mortandad de las plantas ya emergidas. Estimándose dicho grado de afectación en un 40 % de lo sembrado, representando unas 129.500 ha.
Otra situación totalmente distinta presentaron los campos acondicionados para la siembra, con alto grado de encharcamiento de los lotes, que condicionarían o no la fecha de siembra. Por lo cual no se cubrirían las estimaciones de intención de siembra para la presente campaña, la que se había enunciado como similar o levemente superior a la 2017/2018, alcanzando las 925.000 ha.
Por otro lado, la siembra de arroz también quedó paralizada y ante los lotes inundados en excesos, ( aunque sin daños de piedras ni viento), se realizarían tareas de desagote, lo que implicaría mayores gastos, no previstos para la campaña.
Girasol y maíz de primera
Tanto el girasol y el maíz no presentaron incovenientes. El primero de los cuales se encontró en un 98% en estado bueno a muy bueno con lotes en excelentes condiciones y el 2 % restante bueno, con lotes puntuales regulares, por posición topográfica y la aptitud de los suelos. Solo en algunos lotes las lluvias, el granizo o lo fuertes vientos afectaron al cultivo, en plena etapa de floración, con diferentes grados.
El maíz por su parte mantiene muy buen estado, creciendo y desarrollándose bajo condiciones óptimas, en un 90%. El 10% restante manifestó cierto grado de impacto por los diferentes eventos ocurridos en los distintos departamentos, como caídas de piedras y heladas tardías.