Lenta reactivación de las economías del interior
Si bien las lluvias de los últimos días en la principal zona agrícola provocarían más demoras en la recolección de la soja del ciclo 2015/16 en la Argentina, lo que podría traducirse en eventuales pérdidas de producción, de todas formas se estima una producción de soja que superaría las 60 millones de tt y 24,5 millones de tt en maíz. A la espera del “efecto derrame” de este sector, por el momento el nivel de actividad económica acusa el impacto de las correcciones macroeconómicas que el gobierno impulsó para desarmar la “pesada herencia”.
Así durante los primeros dos meses de este año el deterioro de la demanda agregada impactó en la actividad, pero de cara a los próximos meses, se observará una gradual recuperación a partir de la venta de la cosecha gruesa y el mayor dinamismo de las economías del interior del país. Además el ingreso de fondos por acceso al financiamiento externo se reflejaría por el lado de la inversión (pública y privada) revirtiendo la dinámica contractiva que se espera para el primer semestre.
Según datos preliminares del INDEC publicados en los últimos días, las estimaciones del PIB para el año 2015 muestran un crecimiento en torno al 2,1%, en gran parte gracias al fuerte desarrollo de algunos sectores durante el segundo y tercer trimestre del año. Así, tanto los rubros asociados al sector primario (agricultura, ganadería y pesca), como aquellos orientados a la industria de la construcción y el comercio fueron pilares fundamentales para el crecimiento del producto durante 2015. No obstante, el último trimestre del año pasado vislumbra un panorama diferente. A pesar de la mejora acumulada en relación a año anterior, el cierre del año marca un incipiente estancamiento en la economía, con incidencia en los mismos sectores que marcaron el crecimiento anterior.
De esta forma, en los últimos tres meses del año los sectores productores de bienes tuvieron una contracción anual del -0,9%. En dicho período, el crecimiento solo se mantuvo por las actividades productoras de servicios, especialmente los ligados a la administración pública y defensa, servicios de educación y los servicios sociales y de salud.
Según el índice general de actividad desestacionalizado de Orlando J. Ferreres se registran al menos seis meses continuados de caída en la economía. Esto se generó debido a que se llegó a un pico durante el mes de junio del año pasado, para luego decaer mes a mes hasta la actualidad.Desde junio a enero, el retroceso acumulado gira en torno al 3% y compensa en gran parte el repunte en el que se había visto inmersa el nivel de actividad durante el primer semestre del año pasado.
Este retroceso en el nivel de actividad durante el último trimestre del año, al menos en la mayor parte del sector privado, fue continuado durante los primeros meses del año 2016. Es que, durante enero y febrero. Diferentes índices privados concuerdan en que hubo una caída generalizada en la actividad. Si bien se debe aclarar que estacionalmente el primer bimestre es un período complicado para la economía nacional a causa de las vacaciones de verano, y este año no fue la excepción. Asimismo, debe destacarse que si bien existió un retroceso, este fue menor que el ocurrido un año antes. Esto es 2015 respecto de 2014.
De la misma forma, la construcción no escapó a un primer bimestre contractivo. Según el Índice Construya, que mide la mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado de los productos para la construcción que fabrican las empresas líderes que conforman el “Grupo Construya” (ladrillos cerámicos, cemento portland, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, pisos y revestimientos cerámicos, adhesivos y pastinas, pinturas impermeabilizantes, sanitarios, grifería y caños de conducción de agua), la actividad cayó en un 16,3% con respecto a diciembre en los dos primeros meses del año.
Por otro lado, la industria no parece recomponerse tras un año 2015 con fuertes disparidades, debido a que comenzó el primer mes del año 2016 con un retroceso del 0,68% con respecto al mismo período de un año anterior. Tal como viene ocurriendo desde hace meses, el sector automotriz en su conjunto es el que aplica un fuerte sesgo negativo al comportamiento del índice, cayendo en forma interanual en un 33%. Acompañaron este retroceso la siderúrgica (-10%), los minerales no metálicos (-6%), los combustibles (-4%), cigarrillos (-2%) y la metalmecánica (-1%). En el otro lado de la balanza, los sectores que obtuvieron resultados positivos para el primer mes de año estuvieron liderados por los químicos y plásticos (15%), insumos textiles (4%), alimentos y bebidas (3%), dejando con un crecimiento nulo al rubro pasta y papel.
En síntesis, se puede desprender que la economía nacional continúa durante el primer bimestr del año 2016 en una senda negativa, aunque con mejores resultados que los obtenidos un año atrás. Esto puede generar nuevas posibilidades tanto si se continúa con políticas claras hacia la normalización del sector externo y probables nuevas exportaciones, creando nuevos mercados para una industria estancada desde hace unos años, como con el fortalecimiento del mercado interno tras la creación de nuevos planes de financiamiento con bajo interés. Esto último, sobre todo si es orientado a la industria automotriz, en baja desde hace dos años tras los problemas de exportación hacia Brasil. La creación de líneas de créditos blandos para la adquisición de nuevas unidades podría traer aires renovados al sector.