Lechería en pandemia: no sufrirá tanto el consumo como la facturación
Los reportes del OCLA confirman producción en alza y caída de la demanda de productos más elaborados. En base a series históricas esperan que la baja de precios industriales los capitalice el eslabón comercial.
Las estadísticas comienzan a consolidar las estimaciones y advertencias que vienen trazando algunos actores de la cadena láctea. La producción en alza, un mercado externo sin atractivo y el consumo doméstico fuertemente condicionado por el derrumbe económico anticipan exceso de materia prima y menor facturación dentro del sistema.
Los últimos reportes del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) confirman un incremento interanual de 8.5% en la producción de materia prima (incluso levemente arriba de 2018) durante el primer cuatrimestre y la proyección para 2020 de un crecimiento de entre 2.5 y 4.5%. Al mismo tiempo estima una leve disminución del consumo interno (en litros equivalentes), aunque advierte sobre un cambio de hábito que iría en detrimento del valor generado por el sector: la tendencia -que se consolidaría- a incrementar las ventas de artículos más económicos en detrimento de los más elaborados y costosos.
“Existe una caída importante en las ventas de los productos con mayor valor agregado y/o unitario, tales como yogures, flanes y postres, leches saborizadas y algunos quesos. Producto de las compras para stock familiar y por los controles de precios, se visualiza un incremento significativo en las leches no refrigeradas y una situación similar en manteca y dulce de leche”, explica el reporte de Ventas de Productos Lácteos en el Mercado Interno – marzo 2020.
Respecto de los hábitos de consumo, detallan un incremento del doméstico en detrimento del canal HoReCa (Hoteles Restaurantes y Cafeterías) que se traduce en mayores ventas de leches líquidas no saborizadas y quesos al peso, en perjuicio de leches saborizadas, yogures y postres. “Marzo produce un cambio cuali y cuantitativo en el consumo por su particularidad, que se continúa algo en abril/mayo, pero de casi nula probabilidad de continuidad en los meses posteriores”, indica el informe, en referencia a las “compras de pánico” que se dieron previos a la disposición de la cuarentena. “Aquí el consumo en unidades creció 227% en alimentos (en esta canasta se incluyen: crema de leche, quesos al peso y quesos rallados)”.
El informe considera que “todas las variables de la macroeconomía no son favorables y difíciles de revertir en el mediano plazo”, por lo que las expectativas son “a la baja” debido a la menor actividad económica, caída del ingreso real de la gente y por ende su traslado a las ventas minoristas. “Las proyecciones de consumo en general para el resto del año están indicando una caída del 6%”.
Sobre la situación en las Pymes lácteas, OCLA enumeró que sus ventas cayeron entre 25 y 30%; muchas están reconvirtiéndose a queso cremoso, “lo que obviamente puede generar sobre oferta en ese rubro en el corto plazo”; a lo que se suman problemas de cobranza y precios de los quesos en planchada “ya comenzaron presentar reducciones y su variación interanual está muy por debajo de cualquiera de los indicadores del sector y de la economía en general”.
Finalmente, concluye que en base al análisis de ciclos anteriores en los que se combinaron una baja muy significativa del PBI con una mayor oferta de productos en el mercado interno “en la mayoría de los períodos analizados, no se da una caída importante en el consumo per cápita en litros equivalentes, pero sí se produce una baja de precios en moneda constante, sobre todo en salida de fábrica, y la distribución en la cadena, se vuelca a una mayor participación del mark up comercial (porción del valor final que toman los supermercados)”, que hoy se encuentra retrasado en el 40% versus el 55% de promedio histórico.
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