Gestar conciencia desde nuestra palabra
Goldvarg es – entre otras cosas- coach ontológico, locutor nacional, músico, conferencista, entrenador de speakers y generador de contextos dinámicos de aprendizaje. Se destaca por llevar a cabo procesos de cambio en equipos, liderazgo personal y desarrollo creativo en países de Latinoamérica y en EEUU. Autor del libro: “Oratoria Consciente: Cómo lograr presentaciones orales que ilustren, inspiren y sorprendan” (2017).
Prof. Martín Duarte.
Invitado por un grupo de emprendedoras visitó Santa Fe para brindar un seminario intensivo (“Gestando consciencia desde la palabra”) y aprovechamos la oportunidad para hablar con él.
Goldvarg por Goldvarg
“Yo me defino como una persona diversa. Para mí, he trabajado muchísimos años distraído, muy confundido; en una dispersión muy grande de actividades y oficios que en algún momento empezaron a unirse por algunas experiencias que he tenido y que me permitieron capitalizarlo. Entonces, el haber hecho muchas cosas me ha dado un tipo de perspectiva muy particular…como músico, comunicador, docente, coach. En ese terreno he entrado en muchas aristas. Yo me defino como una especie de ‘collage’ extraño. Y, desde ese lugar, ahora, puedo entender que toda mi diversidad puede confluir en mi tarea de hoy que es: acompañar a personas para hacer que las cosas ocurran. Y mi propósito – que es el más transversal para mí, el que más me vibra- es el placer de ser útil, sentirme útil, saber que algo de lo que yo dije o algo que yo hice o algo de lo que yo propongo a otro le puede servir para estar mejor. ¡Y voy por ello!”
¿Qué significa gestar conciencia desde nuestra palabra?
“Tomar registro de que lo que decimos no es solamente el contenido; también es la forma. No solamente es tener en cuenta cómo al otro le impacta lo que nosotros decimos, sino también para qué decimos lo que decimos. Esto significa que hay un montón de filtros y de elementos involucrados cada vez que estamos en alguna interacción con alguien. Intervienen un montón de fenómenos cada vez que abrimos la boca porque está: lo que nosotros queremos decir, lo que nos sale de la boca, lo que el otro escucha y el modo en que lo interpreta. Y esos cuatro filtros –generalmente- producen muchas de las distorsiones y de los desvíos en las experiencias que generamos en los demás. Por eso, tomar conciencia de la palabra es mirar más allá de lo obvio y empezar a investigar y a darse cuenta de todos los aspectos sutiles que intervienen en cada interacción que nosotros tenemos con alguien… Crear conciencia es mirar los resultados; obtener lo que queremos, lo que buscamos, lo que deseamos; pero siempre que sea ecológicamente responsable: teniendo en cuenta a los otros y teniendo en cuenta su impacto futuro.”
¿Cómo ser un líder que mejora su entorno desde una oratoria consciente?
“Desde una oratoria consciente, como modelo, lo que trabajamos con líderes en cualquier tipo de ámbito es aprender a tomar registro por lo menos en 4 dimensiones (de ahí surge el espacio de construcción consciente). Una dimensión -por supuesto- tiene que ver con el ‘contenido’, con lo que decimos. Pero no solamente eso, también hay una conciencia de la ‘forma’: el recurso que utilizamos para decirlo; a veces, utilizamos el recurso que creemos que es el más amable desde nuestra forma de ser pero no estamos atentos ni consideramos la forma de ser del otro; y por más amables que queramos ser, si no entendemos cómo es el otro, entonces es poco probable que logremos un buen resultado. También hay una conciencia del ‘contexto’: un mensaje dicho en un ascensor no va a sonar de la misma manera que lanzándonos en un paracaídas o en la cola de un supermercado o en la fila de un banco o en una reunión o en un evento social o en un medio de comunicación; entonces, hay que aprender a ser conscientes del contexto y entender los códigos que tiene cada contexto en particular. Pero de todas estas tres conciencias la cuarta es la más relevante y -muchas veces- la menos explorada: el ‘yo’. ¿Quién soy ‘yo’ desde el lugar que estoy diciendo lo que digo? ¿Para qué digo esto? ¿Cuál es el propósito? No solamente el propósito ‘hacia delante’ de lo que yo quiero lograr. Sino también el propósito que está ‘detrás’ de lo que me lleva. Por ejemplo: yo puedo tener el propósito de hacer valer mi voz ante una injusticia pero tal vez lo que yo diga no lo resuelva necesariamente; es más, muchas veces alzamos nuestras voces ante injusticias pero lo que producimos como resultado va mucho más lejos de resolverlo; entonces, en vez de hablar para resolver, terminamos hablando para atacar; pasamos de un ‘lugar de resolución’ a un ‘lugar de queja’ que termina condicionando y erosionando nuestras posibilidades de crear algo que se pueda sostener en el tiempo y que sea valioso en cualquier orden (personal, social, familiar, laboral, profesional, cultural). Y el proceso de una oratoria consciente es –precisamente- trabajar desde ese conjunto de hábitos personales y desde esas culturas que creamos –interpersonalmente- cada vez que nosotros estamos en interacción en todos los ámbitos en donde lo que buscamos es crear cosas con otros.”
Sobre la tarea del Coach y su elección
“Ningún coach va a poder ir más allá de lo que la interacción y el vínculo permitan. El grado de conciencia del coach va a habilitar a que se hablen de ciertas cosas y ciertas no. Entonces, el cliente va a tomar al coach con el cual crea sintonía y vibra… ¿Qué significa ser Coach? Entender que el coaching es una profesión. Pero, eventualmente, lo que me convierte en coach es poder crear una posibilidad en la relación con otro. Y si el otro puede ver cosas que antes no veía: fue atravesado por un proceso de coaching… El gran proceso es aprender el desafío de tomar conciencia del impacto de lo que hacemos y de lo que decimos… lo que trabajo es la conciencia en términos de que cuanto mayor sea tu capacidad de registro más responsabilidad ecológica vas a tener de lo que decís, a quién lo decís y cómo lo decís… A mayor ejercicio de conciencia va a ser menor la frecuencia, el tiempo y la profundidad en la que ‘la tortuga se escapa’. Porque el problema es que muchas veces el coach termina siendo como un ungido del conocimiento y el saber… la inteligencia no tiene que ver con la cuestión del conocimiento: vos escuchas a alguien y, cuando pasa un tiempo, ves cómo se sostiene o qué grado de coherencia tiene. Por eso, yo creo que la mejor manera de contratar a un profesional en cualquier índole no es ver sus antecedentes, su antigüedad o sus estudios… ¡Observá su vida personal! ¡Observá su mundo! ¡Escúchalo hablar de sus cosas cotidianas y allí vas a saber si es la persona que cuadra con tu estilo!”
Existe un desvío: estamos confundidos y distraídos
“Este estado de aturdimiento en el cual vivimos por tantas cosas a las que estamos expuestos lleva a estos 2 desvíos: confusión y distracción… (Vivimos en) Un mundo VICA: volátil, incierto, complejo y ambiguo como un símbolo de estos tiempos. ¿’Confundidos’ de qué? De que – de repente- momentos importantes y valiosos pasan por alto porque estamos preocupados de: qué es lo que tenemos que hacer; qué es lo que falta; qué es lo que no tenemos. Esa confusión y esa distracción hacen que todo lo que ocurra más allá de la comunicación esté teñido de distorsiones y de desvío. Y, sobre todo, lo manejamos de manera ‘reactiva’ por no tomarnos el tiempo para procesar. Lo que es transversal – más allá de nuestra idiosincrasia, nuestro folklore, nuestro perfil- es que mientras tanto la vida está ocurriendo; y es transversal a cuántas cosas hay disponibles allá afuera y que tal vez no las estoy aprovechando, capitalizando o reconociendo porque estoy muy preocupado por las cosas que no sé si van a pasar mañana o por las cosas que pasaron y no deberían haber pasado ayer. Y lo que es transversal a todo es que -cuando nos conectamos con ese presente continuo donde las cosas ocurren- podemos empezar a tomar y aprovechar muchas potencialidades que hay: gente, recursos, oportunidades. Es estar ‘presente’… Se trata de tener un propósito: ponele un propósito y te vas a despabilar más rápido. Cuanto más claro sea el propósito, vas a saber cuánto de ‘palabra’ y cuánto de ‘hechos’ vas a necesitar.”