“En los próximos meses la recesión va a ser peor”
El periodista especializado en economía se refirió al rumbo económico del país, las políticas monetarias, el desplome del consumo y del mercado interno, entre otros puntos importantes de la coyuntura económica nacional.
Por Ignacio Pellizzón
La situación económica del país mantiene en vilo a todos los sectores productivos de la región. Las nuevas políticas monetarias, aplicadas por el nuevo presidente del Banco Central, que buscan la estabilidad cambiaria y la disminución de la inflación a costa de una fuerte recesión, están generando mucha incertidumbre sobre cuáles podrán ser los efectos inmediatos de los abruptos cambios.
Dialogamos con el periodista económico, Maximiliano Montenegro, en el marco del evento Expo Pyme, que se desarrollará el 2 de noviembre en la ciudad de Rosario, donde estará disertando y donde se convocará a todo el universo empresarial de la zona.
—¿Cómo evalúa los nuevos cambios en política monetaria que está implementando el BCRA?
—Es una política muy dura que pone como prioridad tratar de estabilizar el dólar a cualquier costa, con la premisa de que el gobierno no genera confianza, tampoco el FMI -porque fracasó con el primer acuerdo-, los desembolsos no terminaron de generar un desaliento a la corrida del dólar tanto de los argentinos como los inversores externos, entonces se optó por tomar la política más dura, que es secar de pesos la economía para que más allá de la confianza jueguen los mecanismos de la economía real y frenar el dólar.
Consiste en secar el crédito de la economía, es decir, un apretón monetario muy fuerte, que dispara las tasas de interés; ese es el objetivo buscado. Que lo bancos no presten en el corto plazo o que lo hagan a tasas elevadísimas y, así, tanto las familias como las empresas que compraron dólares en los meses anteriores estén obligados a venderlos para cancelar deudas o para realizar algún tipo de pago en el corto plazo. Básicamente tiene como prioridad frenar el dólar y frenar la inflación vía recesiones.
—La preocupación de las pymes se puso de manifiesto con la carta que le enviaron al gobierno, ¿no?
—Estas medidas generan una tensión muy fuerte en la economía real, sumergen a la economía en recesión, en un desplome del consumo y del mercado interno. Hay que seguir algunas variables: el dólar de alguna manera empieza a controlarse, pero hay que seguir de cerca las tasas de interés altísimas que hacen desaparecer los créditos, con lo cual si se sostiene generará una situación en la cual las empresas empezarán a forzar una incobrabilidad en la cadena de pagos y las familias, lo que significa un ajuste grande en el consumo.
Otra variable es ver qué pasa con la inflación porque si se sostiene esta política y la inflación no desacelera rápidamente de 3, 4, 5 por ciento mensual -como venimos teniendo y que continuará algunos meses más-, el derrumbe del consumo será mayor, porque la caída del salario real estará potenciada por la falta de crédito para estimular las compras. La recesión seguramente va a ser mayor los próximos meses.
—¿Estas medidas plantean un escenario de riesgo para las pymes?
—El gobierno plantea que el riesgo, si no se tomaba este rumbo, era una espiralización del dólar, de la inflación, de la crisis y que ningún gobierno con el dólar descontrolado pueda hacer pie, por ende se pone en riesgo la gobernabilidad. Hoy, el interrogante es cuánto tiempo puede el gobierno soportar sin grandes tensiones sociales o políticas con un rumbo monetario tan duro que genera una situación de mucha tensión de economía real y cuál es la fórmula para salir de las recesiones.
—En el caso de que se apruebe el presupuesto del 2019, ¿sufrirán muchas contracciones las economías regionales?
—El gobierno plantea, frente a estos ajustes, que si se logra atravesar la economía en recesión, el dominó en la cadena de pagos y las tensiones comentadas, y si el año que viene en marzo y abril con nuevas cosechas -que serán 30% mayor-, si en algún momento con un tipo de cambio real más alto, es decir un dólar mayor al de hace 4 ó 5 meses, es decir más competitivo en el mundo, las economías regionales van a ser los nuevos motores del crecimiento, las actividades se verán beneficiadas con el dólar alto. Esto puede ser así sólo si en algún momento logran estabilizar la situación y bajan las tasas de interés.
—¿El FMI llevó al gobierno a tomar estas decisiones?
—El FMI sirve para garantizar que no se caiga en default, en la economía real cruje por todos lados. El FMI tampoco nos ha dado dólares suficientes para vender en el mercado cambiario o defender tipo de cambio con otros instrumentos.
—Entonces, ¿cuál es el desafío de las pymes en este contexto?
—Es un momento muy duro para las pymes. Tienen que cuidar mucho el capital de trabajo, encontrar ventanillas de financiamiento -que son escasas en bancos oficiales- para descuentos de cheques, facturas, y tratar, de alguna manera, de encontrar fórmulas que claramente no van a ser de expansión sino defensivas en un contexto muy difícil.
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Factores
—¿El gobierno buscó llegar a este contexto o hubo factores externos que influyeron?
—Jugaron varios factores para llegar a esta situación. Primero mala praxis y después suba de tasas interés internacional, shock de Turquía, sequía de la cosecha gruesa. Me refiero a que la mala praxis generó la potenciación de la corrida. Claramente el gobierno aplicó gradualismo inconsistente con la idea de que podía tener al mismo tiempo muchos factores positivos.
Cuando comenzó la devaluación, en vez de dejar que la devolución corriera, el gobierno vendió reservas con el dólar a 20 pesos, esto potenció temores, generó crisis y perdió confianza, por eso se fue a abrazar con el FMI. El acuerdo gatillo sumado a la desconfianza de la gente y generó que hasta estos días las reservas cayeran 14 mil millones de dólares y que continuaran saliendo del país. En este segundo acuerdo estamos en una encrucijada y es prematuro para detectar si tocamos el techo de la crisis.
RESALTADOS
El gobierno plantea que el riesgo, si no se tomaba este rumbo, era una espiralización del dólar, de la inflación, de la crisis y que ningún gobierno con el dólar descontrolado pueda hacer pie, por ende se pone en riesgo la gobernabilidad.
Otra variable es ver qué pasa con la inflación porque si se sostiene esta política y la inflación no desacelera rápidamente de 3, 4, 5 por ciento mensual -como venimos teniendo y que continuará algunos meses más-, el derrumbe del consumo será mayor.