El futuro de Vicentin, entre el humo egipcio y los plazos judiciales
Un grupo empresario de Egipto ofreció quedarse con la empresa a cambio de hacerse cargo de su deuda. En la firma dicen que esa oferta es “inviable”.
La novela de Vicentin suma un nuevo y jugoso capítulo. Al filo de la semana pasada y a punto de cumplirse dos meses desde que la empresa se declaró en default con deudas que rondan los u$s1.300 millones, apareció un empresario egipcio anunciando su intención de quedarse con la totalidad de los activos de la compañía y hasta presentó un borrador de un posible plan de pagos a los acreedores. Increíble pero real, Ibrahim Khalifa, vicepresidente de Burhan International Group, aseguró que cuenta con la espalda financiera necesaria para absorber el 100% de la empresa argentina, incluyendo la actividad frigorífica y láctea.
“Si Vicentin muestra sus números y está a dispuesta a hacer la operación, nuestros directivos de Egipto están la semana que viene listos para firmar”, desafió el empresario egipcio. Khalifa desde hace más de un año aparece periódicamente en la prensa hablando sobre proyectos de inversión que rondan los u$s200 millones para instalar plantas deshidratadoras de alfalfa en las provincias de San Juan, San Luis, Mendoza y Santiago del Estero. Por el momento, el grupo egipcio Burhan sólo tiene una oficina comercial en la Argentina y ningún activo. Incluso, en los registros oficiales Burhan International Group Latin América no cuenta con empleados registrados, deuda bancaria ni movimientos societarios.
Lo cierto es que el proyecto de absorción que presenta el empresario egipcio tiene mucho de oportunismo porque busca quedarse con Vicentin sin poner un solo peso, pero a cambio de saldar las deudas con un plan de pagos que tampoco parece demasiado conveniente para sus acreedores porque habla de plazos que van desde los dos a los tres años y medio. A su vez, en el caso de las deudas bancarias se presentarían “avales”.
Qué dicen en la empresa
Aunque desde la empresa argentina continúan oficialmente sin brindar información, fuentes consultadas por Ámbito Financiero calificaron la oferta egipcia como “inviable”. Lo mismo sucede con especialistas del sector agroindustrial y financiero, que remarcan que si bien hoy Vicentin no está en condiciones de negociar mucho a su favor, continúa latente la posibilidad de que avance en un proceso de venta con la multinacional Glencore. En cuanto al empresario egipcio resuena una contundente y coloquial frase: “Vende humo”.
En paralelo crece la polémica por el crédito que recibió la empresa por parte del Banco Nación y que supera los $18.000 millones. En las próximas semanas se acelerarían los tiempos de la Justicia y se iniciarían las primeras demandas de los acreedores del sector primario que le vendieron materia prima por un total de u$s350 millones. Además los directivos de la empresa serían llamados a declarar para esclarecer en qué situación financiera se encontraba la empresa al momento de recibir el préstamo del Banco Nación.
Mientras tanto y a pesar de que algunos representantes del Gobierno alzaron la bandera de la estatización de la compañía esta posibilidad parece cada vez más difusa. Si bien el Banco Nación es el principal acreedor de Vicentin en la Argentina, internamente en la entidad se menciona que no hay capacidad para ejecutar una quita a su millonaria deuda pero que tampoco habría “espíritu de estatización” sino más bien de viabilizar una posible venta de activos.
Lo cierto es que la continuidad de Vicentin tal como se la conoce tiene los días contados. Todavía queda por definir si la familia Padoan seguirá manteniendo ajena de las dificultades financieras de Vicentin a sus otras unidades de negocios que incluyen el frigorífico de carne vacuna Friar y Arsa, sociedad con la que compró el segmento de postres y yogures de SanCor.
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