Es que un mercado mucho más nutrido por la liquidación de exportaciones, con la oferta protagónica de la cosecha récord de trigo, más el reingreso de fondos que se pasan a pesos para aprovechar las altas tasas de interés y las muy bajas valuaciones de acciones y bonos domésticos, determinan que el dólar tenga escasa demanda en una plaza que opera unos USD 800 millones diarios, un volumen infrecuente para el primer mes del año.
Diego Martínez Burzaco, analista de MB Inversiones, señaló que “la coyuntura financiera externa es la que está dando este envión de entrada de capitales a la región, principalmente a Brasil y por derrame a la Argentina”.
Después de haberse negociado debajo de los 38 pesos por la mañana, en el Banco Nación la divisa de EEUU se vende a $38,10, con una caída de 30 centavos o 0,8 por ciento. Es el precio más bajo desde el 3 de diciembre del año pasado. En el promedio de bancos de la City porteña se ofrece a 38,07 pesos.
Como ocurrió a lo largo de enero, el Banco Central efectuó compras de divisas en el mercado mayorista, iniciativa que no se producía desde junio de 2017. Este jueves adquirió otros USD 50 millones a un precio promedio de 37,0896 pesos. Así, en el primer mes del año acumuló compras por USD 560 millones, dentro del margen impuesto por el acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional (FMI), de unos USD 700 millones mensuales.
La entidad monetaria se propuso volver a comprar divisas en cuanto la cotización mayorista se encuentre por debajo del piso de la zona de “no intervención”, que este jueves marca $37,86, y $37,886 para el 1° de febrero.
Desde Research for Traders “el objetivo del BCRA es que el tipo de cambio se mueva dentro de la banda de libre flotación cambiaria y por eso el mercado espera que la entidad entre hoy y mañana defina si eleva el monto de compras diarias desde USD 50 millones a USD 150 millones para generar una mayor demanda de divisas”.
En los últimos cuatro meses el precio de dólar cedió 10% en Argentina y 9% en Brasil
Martínez Burzaco dijo a Infobae que “el Banco Central debe considerar la utilización de herramientas adicionales para sostener el tipo de cambio dentro de la zona de no intervención, como el permitir a los bancos recomponer paulatinamente su exposición a moneda extranjera dentro su patrimonio neto, que hoy es 0 por ciento”.
La autoridad monetaria tiene en cuenta la alternativa de apelar a una reducción más drástica de las tasas de interés de las Letras de Liquidez (LELIQ), referencia de la política monetaria.
Martínez Burzaco apuntó que “el Central puede acelerar la baja de tasas de interés y hacer un trabajo de cirugía fina, para medir la sensibilidad del mercado, de manera que el stock de plazos fijos no se vaya al dólar de manera significativa”, en particular “en un año electoral en el que en algún momento se va a acelerar la dolarización de carteras”.
Si bien se redujeron más de 4 puntos porcentuales en enero, por debajo del 55% anual, todavía son suficientemente altas como para ponerle freno a la reactiviación de la economía y son un lastre para una eventual alza del dólar, posición conservadora que en este marco no puede competir con semejantes rendimientos en moneda local. A la par, las tasas altas y la “calma cambiaria” son hoy cruciales para desacelerar la inflación.
El economista de MB Inversiones observó además “la situación de los encajes bancarios, porque el BCRA podría abrir ese grifo de liquidezpara permitir la baja del costo del dinero y dejar de remunerar algunos encajes”. Desde la llegada de Guido Sandleris al Banco Central la entidad permite a los bancos integrar encajes con LELIQ para incentivarlos a seguir captando depósitos. De este modo, “los bancos regresarían a su rol de intermediación financiera natural”, estimó Martínez Burzaco.
¿ESTÁ BARATO EL DÓLAR?
La evolución errática del tipo de cambio en los últimos meses, hoy un 1,7% por debajo de la banda de libre flotación, agrega tensióncuando se considera que la inflación mantuvo un ritmo importante a pesar de su paulatino descenso.
El billete verde alcanzó un récord el pasado 28 de septiembre, de$41,85 para la venta al público y $41,25 mayorista, un movimiento que muchos analistas consideraron exagerado. Desde entonces, en los últimos cuatro meses el dólar perdió 10%, mientras que en ese lapso el promedio de precios minoristas acumuló un alza de casi 14 por ciento.
Por lo tanto el dólar en la Argentina perdió poder de compra por 21,1% entre octubre y enero, cuando todas las demás alternativas financieras ofrecieron renta positiva.
Por supuesto que la competitividad cambiaria no depende sólo del dólar. La apreciación de otras monedas de socios comerciales respecto de la divisa norteamericana modera este supuesto “atraso cambiario” acotado al muy corto plazo.
El tipo de cambio real multilateral está hoy 15% por encima del de diciembre de 2015 cuando se eliminó el “cepo”
Por ejemplo, en Brasil, el dólar cedió 9%, desde los 4,01 reales del 28 de septiembre a 3,65 este jueves. En ese sentido, el peso argentino acompañó el desempeño de la divisa de su principal socio comercial.
Tampoco hay que perder de vista que la cotización del billete verde en Argentina es hoy un 90% más alta que un año atrás, cuando cerró el mes de enero de 2018 a $19,65 mayorista y $19,93 minorista. Esa tasa casi duplicó a la de la inflación anual de 47 por ciento.
Según el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) del Banco Central, la actual ventaja competitiva del peso argentino se similar a la de enero de 2014 y septiembre de 2011, y un 15% superior a la alcanzada el 17 de diciembre de 2015, cuando la administración de Mauricio Macri eliminó el control de cambios o “cepo”.