El arroz que rinde una fortuna
En la delegación San Javier del Ministerio de la Producción desarrollaron una nueva variedad de arroz con múltiples ventajas. Para los productores locales, implica la posibilidad de ampliar el espectro pensando en el mercado interno y en la exportación.
Para el lector desprevenido, San Javier se asocia al turismo, la historia, y a una idiosincracia ligada al río y sus costumbres. Pero a nivel productivo, la cabecera departamental ha sido sinónimo del cultivo del arroz. Su cercanía con el recurso hídrico facilitó la instalación del cluster arrocero santafesino, que pese a los golpes de la economía nacional, sigue dando pelea.
Uno de los responsables de que esto sea así es el Ing. Agr. Rodolfo Vicino, la histórica cara del Ministerio de la Producción en la zona, quien no pierde la pasión por seguir encontrando los secretos de este cultivo milenario.
El agrónomo fue el creador de otras variedades de arroz, las que tuvieron distinto grado de repercusión. La primera se llamó “San Javier I” y tuvo buen desempeño algunas campañas atrás frente a un ataque de pyricularia (hongo microscópico que ataca al arroz) pero no en rindes, por lo que bajó su participación del 10% al 3% del área arrocera. El segundo se llamó “Pucará”, un cruzamiento de las variedades Taín y Puitá de INTA, y se sostuvo con un buen nivel de adopción, en torno a 5.000 hectáreas (equivalente a 15% de la superficie) gracias al buen rendimiento. De hecho, la campaña pasada “no rindió menos de 6.000 kilos por hectárea”, dijo Vicino, en un contexto dominado una baja de 1.000 kilos en el promedio provincial.
Un petiso que se las trae
La nueva variedad de arroz no tiene nombre todavía, aunque por la longitud de su planta lo llaman coloquialmente “petiso”, y ya se encuentra en su etapa de prueba a campo. “Ya está aprobado comercialmente; los molinos lo probaron y le dieron el ok”, dice con entusiasmo.
En diálogo con Campolitoral, Vicino explicó que el programa de mejoramiento genético de la provincia de Santa Fe se fijó dentro de uno de sus objetivos la mejora de la variedad “Fortuna”, que es un arroz largo ancho difundido hace varias décadas en la región proveniente de Brasil vía Corrientes. “El Fortuna original se trajo a mediados de los 70. Lo importó el INTA, pero no lo mejoró”.
La industria sanjavierina se hizo próspera en su momento y mantiene, con esta variedad, una alternativa productiva que es demandada básicamente por el mercado interno sin desmedro de algunos nichos en otros países como Turquía y Egipto, también España e Italia, que representan destinos para comidas típicas como paellas y risotto.
El proyecto de trabajo se inició allá por 2012. “Desde ese año venimos haciendo un cruzamiento triple para achicar el tamaño de la planta -que era muy alta- en conjunto con el Ing. Agr. Jorge Ayala, de INTA”, recuerda Vicino, y explica que en condiciones de madurez, cualquier viento lo acostaba provocando cuantiosas pérdidas. “A partir de esa fecha, lo empezamos a cruzar con una variedad chilena (de una talla de 90 cm y el Puitá, un largo Fino)” detalla el especialista.
Yendo al grano
Las mejoras genéticas logradas se originan a través del cruzamiento de variedades modernas con diseño de estructura con mayor eficiencia en la cosecha de luz, conformando hojas erectófilas y acortamiento de entrenudos de los tallos, para evitar el vuelco de las plantas al momento de la madurez y posterior pérdidas en la cosecha, unas de las principales debilidades del Fortuna tradicional.
Otras de las virtudes del nuevo arroz es mantener y acrecentar el tamaño del grano, así como también su textura y transparencia. El nuevo material responde satisfactoriamente al agregado de fertilizantes químicos, aumentando notablemente la producción.
Vicino explica que si el grano del Fortuna común pesa 40 gramos, el grano de esta nueva variedad pesa 43 (un 10 % más), aunque el ciclo evolutivo es igual.
“La variedad Fortuna siempre se desarrolló para el mercado interno. Se trata de un grano largo ancho tipo doble Carolina, la relación es del grano largo sobre ancho es de 2 ½ a 1. Si tiene 7 mm de largo, tiene 2.8 o 3 de ancho”, afirma Vicino. El código alimentario argentino lo clasificó así.
“Es muy cristalino y presenta una muy buena cocción, que absorbe los líquidos de la cocina, especialmente la cocina italiana, española u oriental”.
Hablando de mercados, sostiene que el Fortuna siempre se valorizó más que el largo fino (hasta un 30 % más). Y que si bien hoy no es un mercado grande, ya que el otro lo fue desplazando por su menor valor, no obstante hay consumidores que lo prefieren. Otros países como Turquía o Brasil lo buscan (lo que le otorga un gran potencial exportador, pero en menor volumen)
En la Argentina se siembran unas 20.000 has de esta variedad sobre 200 mil. Es la media histórica (un 10 %). Pero permite diversificar al productor. “Tiene dos características muy importantes: mejor comportamiento en el frío, ya sea en etapa de germinación o en floración, en base a una mejor resistencia genética”.
Rinde y resistencia. El nuevo Fortuna asoma como un nuevo nicho para el mercado interno y la exportación. El Ing. Vicino es el padre de la criatura, una vez más.
Resistiré
Otro punto muy importante a destacar de este “petiso” es la resistencia que posee al grupo de herbicidas denominados Imidazolinonas (Clearfield), los que otorgan un control sobre distintas malezas del cultivo, en especial el arroz rojo o colorado, principal maleza el cultivo. Si bien esta tecnología ha perdido cierta vigencia, todavía es eficiente o apta para lotes cuyo antecesor corresponde a la variedad Fortuna.
También ha demostrado buen comportamiento ante las enfermedades que aquejan a la producción como pirycularia y en menor medida las enfermedades del tallo como rizotonia y sclerotiun. En cuanto a los rendimientos obtenidos, los mismos oscilan los 6/7 tn promedio por hectárea representando un 50 % más con respecto a la variedad Fortuna.
En la actualidad, se estima que entre el 60 y el 70 % de los campos sanjavierinos tiene infestación de arroz colorado. Si bien se está promoviendo la rotación con algodón y maíces RR, la misma está en el orden del 5 al 10 %. Se sabe que grandes productores están haciendo Siembra Directa, lo que permite “mantener a raya al invasor”. Sin embargo, increíblemente todavía persiste cierta desconfianza a esta tecnología. Además, el tipo de suelo influye mucho, “y en eso tenemos que insistir: en la extensión para que vean las ventajas, hay mucho por trabajar. Hay mucho por hacer”, admite Vicino.
Más ventajas
En cuanto a las ventajas que aportan sus mejoras genéticas, el especialista agrega que tiene mejor resistencia al vuelco, por el acortamiento de los entrenudos de la caña. También permite una mejor penetración de la luz solar (el 80 % del rinde se basa en la radiación lumínica). Un mayor peso del grano. Y –de vuelta- un mejor comportamiento ante las enfermedades provocadas por hongos. Pyricularia (en todos los estadíos), rizotonia, esclerotinia (Enfermedades de Fin de Ciclo que reducen el peso del grano). “La resistencia a la primera es total, a las segundas es mayor”.
Respecto al objetivo inicial del trabajo, el funcionario explicó que desde el vamos apuntaron a achicar la talla. “El arroz no vuelca, y se cosecha el 100 % del cultivo, no así del Fortuna tradicional, donde la cosecha es más lenta, más pesada, y termina rindiendo hasta 4 mil kilos. Con este arroz elevamos el rinde a 6 y 7 tn, con potencial de 8 o 9. Macolla más, no se vuelca, el grano es más pesado, (un 10 % más). Es una planta con hojas más erectas con mayor penetración de la luz (redondea en un mejor llenado). “Si un cultivo se va en vicio, las espigas inferiores quedan vacías o vanas”.
Finalmente Vicino recuerda que la variedad ahora está en etapa de difusión, aunque algunos productores ya lo han probado y comprobaron todas estas ventajas en campos de Santa Fe, Entre Ríos y del sur correntino. “En nuestra provincia el rinde está promediando 7 tn contra 4.5 del fortuna tradicional, un 50 % más. Acá ya hay trillados con 47 mil kilos y otros e van a trillar en próximas semanas”.
Respecto de esto, hizo hincapié en que el coronavirus ha retrasado la recolección, que está en un 30 %. Y que además fue una siembra muy escalonada, lotes desparejos, que suman a una situación de atraso.