Comenzó el paro portuario: “las demandas son desmesuradas”
Desde las 6 de hoy, los trabajadores de las terminales portuarias iniciaron una medida de fuerza de alcance nacional. Fuerte rechazo del arco exportador.
Según manifestaron desde la Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA) y la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA), “ante la falta de propuesta de las cámaras patronales” CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina), CEC (Centro Exportador de Cereales), Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO), Cámara Industrial de Aceites Vegetales de Córdoba (CIAVEC), Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPPC) y las empresas que representan, este martes 1° de diciembre a las 6 am dan comienzo a una huelga nacional, en el marco de un plan de lucha.
“Llevamos largos meses de infructuosas reuniones en las que las patronales de manera provocadora se limitan a dilatar cualquier posible acuerdo”, manifestaron. Y agregaron que estas mismas empresas que entre enero y octubre del año 2020 “duplicaron su facturación en pesos gracias a la devaluación y al importante incremento del precio internacional de la soja, son las mismas que llevaron una y otra vez la negociación paritaria al fracaso, mientras se continúa deteriorando el salario de los trabajadores”.
“Demandas desmesuradas”
Por su parte, la agroindustria instó a los gremios volver a la mesa de negociación con propuestas acordes con la realidad del país. La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) expresó ante el anuncio de huelga nacional, que las “demandas gremiales son incumplibles, no tienen forma de ser atendidas”, y que del reclamo de un bono anual, con un aumento del 176%, “no existe registro alguno de un pedido similar en ninguna actividad económica en la historia del país”.
Las medidas de fuerza de los gremios afectan a todos los puertos y plantas aceiteras en el país lo que pone en riesgo la producción para consumo interno así como la exportación clave del país (la harina de soja es el primer producto argentino de venta al exterior) pero los paros e interrupciones de actividad solo perjudican al sector en su conjunto, que reduce los ingresos para todos, y además le hacer perder a la Argentina su participación en el mercado mundial.
La extrema medida se ejecuta mientras el Gobierno necesita el ingreso de divisas para fortalecer sus reservas y así garantizar el normal funcionamiento la economía nacional.
Las empresas del sector agrupadas en CIARA señalaron que, si la demanda fuese atendida, implicaría que la industria debería endeudarse en más de mil millones de pesos para pagar el “estrafalario bono”.
Las negociaciones paritarias con la Federación de Aceiteros, el Sindicato de Aceiteros de San Lorenzo (SOEA, Santa Fe) y los Recibidores de Granos (URGARA) se encuentran estancadas ante las “pretensiones desmesuradas y de cumplimiento imposible” que ponen en riesgo la única fuente de ingreso de divisas del país.
CIARA ha propuesto a los sindicatos ajustar los salarios por inflación vencida hasta agosto de 2021, mes a mes, lo que garantiza que ningún trabajador pierda poder adquisitivo, tal como lo establece la Constitución Nacional.
Adicionalmente, CIARA propuso otorgar a todos los trabajadores un bono anual (para todos, sin diferenciar los que hayan realizado tareas durante la pandemia) y una parte variable adicional para aquellos que prestaron tareas efectivas.
En el contexto de pandemia, donde los flujos de ventas se vieron distorsionados, los precios fueron volátiles, hubo una fuerte caída de la molienda (-7,46% con respecto al promedio del quinquenio), una contracción del nivel de actividad al 45% y las regulaciones restrictivas de circulación de camiones -tanto trenes como barcos de exportación- han generado enormes perjuicios económicos para los agroexportadores, con el trasfondo negativo de la “primarización” desde 2018.
Además, la bajante histórica del río Paraná sumó un factor adicional imprevisto que ocasionó, durante varios meses, costos incrementales de la carga de buques, retrasos, varaduras y castigos de precios a los productos argentinos.
Mas allá de todos estos problemas objetivos, la industria otorgó a comienzos de la pandemia un incremento salarial del 25% para ser revisado una vez que la inflación medida por el INDEC superara ese porcentaje. Los sindicatos aceptaron ese criterio pero cuando se abrieron las revisiones pusieron sobre la mesa nuevas demandas, con datos de inflación irreales, y pedidos de bonos especiales extravagantes, superiores al 176%.
Un contexto muy particular
“La propuesta empresarial atiende plenamente la inflación estimada para el año y brinda garantías reales y constitucionales, para que ningún trabajador pierda poder adquisitivo. Por eso, hacemos un llamamiento a la comunidad aceitera a mantener sus actividades normalmente; la realidad nacional nos impone la necesidad de seguir trabajando día a día,” expresó Gustavo Idígoras, presidente de CIARA.
El salario conformado mensual del empleado aceitero es actualmente superior a los 100 mil pesos para los recién ingresados, considerando los adicionales más usuales en el sector.
“La agroindustria exportadora siempre garantizará que no haya pérdida de salario en relación con la inflación para ningún trabajador del complejo agroexportador -dijo Idígoras- pero es inaceptable que algunos sindicalistas presionen por bonos impagables, absolutamente desconectados de la realidad nacional.”
Asimismo, en relación con las expresiones de algunos sindicalistas, CIARA reiteró que no existe intención alguna de condicionar a los gremios ni al Gobierno a tomar medidas en beneficio de la industria sino todo lo contrario.
“Se insta a los gremios aceiteros a aceptar la propuesta de CIARA que garantiza que ningún trabajador pierda derechos ni salario. Cerremos ahora las paritarias y permitamos a toda la comunidad aceitera tener asegurado sus salarios hasta agosto del 2021 sin sobresaltos,” expresó Idígoras.
Hoy iniciaron medidas de fuerza SOEA y, a partir de mañana, una huelga nacional organizada por URGARA y FTCIODyARA.
“Toda medida de fuerza contra los puertos es hoy una acción contra el país -dijo Idígoras-. Pretendemos que ambos gremios vuelvan a la mesa de negociación, con un reclamo realista; no es el momento de hipotecar el futuro con demandas imposibles”.
Liquidación de divisas
Finalmente, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales, entidades que representan el 40% de las exportaciones argentinas, anunciaron que durante el último mes de noviembre las empresas del sector liquidaron la suma de 1.734.293.026 dólares, que resulta superior en 1,094 % con respecto a octubre, a pesar de la declinación estacional a fin de año de ingreso de divisas por exportación de la agroindustria. El monto liquidado desde comienzos de año asciende a 18.583.581.963 dólares. El monto ingresado en noviembre pasado es el más elevado para ese mes desde 2002, a excepción de 2014 y 2019, año éste que desde las PASO de agosto disparó la inusual venta anticipada ante la previsión de incremento en las retenciones, lo cual finalmente ocurrió, como ya señaló un estudio del Banco Central de la República Argentina. Usualmente, el ingreso de divisas disminuye estacionalmente en los últimos meses del año, salvo situaciones distintivas.
En el ingreso de divisas acumulado a lo largo del año influyen factores como las medidas de fuerza de los sindicatos, las oscilaciones en los precios de los commodities, harinas, aceites y sus derivados industrializados causado por la pandemia mundial del COVID-19; la menor molienda de productos derivados de la soja por la “primarización” preexistente; las dificultades operativas por la bajante persistente del río Paraná; los vaivenes climáticos en el Hemisferio Norte y las demoras en las operaciones por la aplicación de los estrictos protocolos sanitarios en el proceso de exportación, además de las demoras logísticas en el tránsito hacia los puertos y plantas procesadoras a comienzos del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.
La liquidación de divisas está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial. La mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas. Esa anticipación depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas.
En este sector, las comparaciones estadísticas entre distintos períodos son generalmente imprecisas o inexactas ya que la liquidación de divisas está fuertemente influida por el ciclo comercial de los granos, que depende de diversos y cambiantes factores exógenos como oscilaciones internacionales de precios, retracción de la oferta, distinto volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera.