Biodiesel: Pymes lamentan no tener prioridad para abastecer a las petroleras
El incremento del corte en el gasoil incluyó, por dos meses, un 5% del que podrán participar las grandes empresas, originalmente orientadas sólo a exportar. Las plantas chicas afirman tener capacidad ociosa, que hubieran podido ocupar para dinamizar las economías regionales.
Las Pymes santafesinas elaboradoras de biodiesel, que aportan el 80% del biocombustible que requieren las petroleras del país para cortar el gasoil, lamentaron que el gobierno nacional no les haya dado prioridad al momento de establecer el aumento transitorio del corte y advirtieron que trabajan con una alta capacidad ociosa, situación que a largo plazo podría comprometer la continuidad de algunas empresas. El reclamo se produjo luego de que las autoridades permitieran a las grandes firmas, encargadas de la exportación, participar del suministro al mercado doméstico.
“Nosotros veníamos reclamando que la provisión al corte obligatorio sea del 100% de las plantas chiquitas”, dijo Marcelo Kusznierz, presidente de la Cámara de Biocombustibles de la Unión Industrial de Santa Fe e integrante de la firma Doble L, Pyme radicada en Sa Pereira (departamento Las Colonias). Lo lógico, opinó, hubiera sido “darles la oportunidad a las Pymes de Santa Fe de cubrir todo el mercado interno y si después había una demanda insatisfecha que las grandes puedan volcar un poquito más”.
Cambios
El 16 de junio pasado, ante la crisis por desabastecimiento de gasoil, el gobierno nacional -a través de la resolución 438/2022 de la Secretaría de Energía, el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 330/2022 y el decreto 329/2022- estableció un incremento en el corte obligatorio que deben realizar las petroleras. Así, el corte con biodiesel pasó del 5% vigente al 7,5% del volumen total del gasoil. Y además se dispuso un adicional de 5 puntos porcentuales (que lleva el corte total al 12.5%) de manera excepcional por los próximos 60 días, volumen que las petroleras podrán contratar libremente y del que se permite participar a las grandes empresas.
La organización del negocio de los biocombustibles en Argentina, primero con la Ley 26.093 y luego con la 27.640, determina que las grandes fábricas, mayormente de capitales multinacionales (Cargill, Dreyfus) y radicadas en los puertos, con molienda y generación de aceite propio, son las que tienen asignado el comercio exterior. Mientras que el abastecimiento a las petroleras, para el corte del gasoil, deben hacerlo las Pymes: decenas de pequeñas y medianas fábricas instaladas en pequeñas localidades, cuya característica es que compran el aceite para su transformación y dinamizan las economías regionales.
Cuestionamiento
Por esta relevancia en el interior productivo, desde el sector Pyme cuestionaron que hayan abierto el juego a las grandes firmas mientras ellos mantienen parte de su capacidad ociosa. “Podríamos motorizar un montón de mano de obra en los pueblos y ciudades, industrializando la ruralidad; las grandes están en los puertos principales, como Rosario, y ahí se producen su propio aceite para el biocombustible; ahí no hay un beneficio que se pueda volcar a la sociedad como lo podemos hacer nosotros”, planteó Kusznierz.
A modo ilustrativo, el industrial explicó que la planta en la que él trabaja cuenta con una capacidad para elaborar 1.200 toneladas mensuales de biodiesel. Sin embargo el cupo con el que venían trabajando, asignado por la Secretaría de Energía de la Nación para proveer a petroleras, era de 500 toneladas. Tras el último incremento del corte en el gasoil se les asignaron 820 toneladas. “O sea que vamos a trabajar aproximadamente al 70/75% de la capacidad instalada”, remarcó.
Para explicar el perjuicio que causa trabajar por debajo de la capacidad, Kusznierz mencionó que son estructuras de producción de tipo contínua. Por ejemplo, ocupando el 40% de la capacidad, “en 10 días se elabora el cupo” y el resto del mes la planta queda parada. “Eso genera un montón de inconvenientes”, subrayó, porque cada arranque “cuesta muchísimo”, ya que aparecen inconvenientes técnicos “que nos hacen renegar, con costos ocultos”.
Derrame
Al vencer la Ley 26.093, que había llevado el corte hasta el 10%, y ser reemplazada por la 27.640, que bajó esa proporción al 5%, las elaboradoras Pymes “empezamos una lucha, porque muchas plantas quedaron trabajando a un 40/50% de su capacidad”, explicó el dirigente. En esta situación las empresas de esta escala tienen serias dificultades para cubrir los costos fijos y mantener el personal. En Santa Fe son 18, que aportan el grueso del biodiesel a base de soja del país.
Kusznierz resaltó tres virtudes del sector del biodiesel pyme: desarrollan economías regionales, agregando valor a la cadena sojera; ahorran divisas para el país; y aportan un beneficio ambiental, ya que el uso de biocombustibles “disminuye en un 80% los gases de efecto invernadero”.
Pero también tienen un rol económico crucial campo adentro. “Si nosotros nos vamos de Sa Pereira (1.906 habitantes, según censo 2010), la cooperativa eléctrica corre riesgo de desaparición, porque somos los principales consumidores”, apuntó como ejemplo. Pero, además, “dinamizamos la economía”, dijo, porque realizan trabajos -movimiento de suelo, hormigón, metalmecánica- para los que contratan mano de obra de la región. “Son innumerables los beneficios que tiene una industria donde no hay industrias”, sintetizó.
Por este motivo, desde el sector pyme reclaman: “no queremos que (el incremento del corte) sea una solución por estos dos meses; queremos que se prorrogue en el tiempo, incluso por la supervivencia de nuestras plantas; no podemos sobrevivir con 500tn por mes”.